De Sherman a Scheurwater: la rebelión del objeto sexual

Irene Campos
3 min readSep 4, 2020

Untitled Film Stills, la célebre serie fotográfica de Cindy Sherman, demostró el poder de penetración que posee la cultura mediática. La artista no necesitó hacer referencia a películas concretas para que el público reconociera a la sufrida matrona del neorrealismo italiano o a la bonita ingenua de Godard. De la misma forma que el espectador ha asimilado casi sin darse cuenta la estética de ciertos movimientos cinematográficos, en su subconsciente queda la huella de una construcción estereotipada y opresiva de lo femenino. La violencia sutil, apenas perceptible, que ello implica se va desplegando con mayor crudeza en los sucesivos trabajos de Sherman. En Centerfolds exploró la fetichización del sufrimiento femenino en el cine de terror y serie B, para culminar colocando al espectador ante el horror de la pornografía en la magistralmente desagradable Sex Pictures.

Cindy Sherman, “Untitled #93” (Centerfolds) 1981

La obra de Sherman supone una denuncia y una posibilidad. Su denuncia del papel que juegan el cine y la televisión en la perpetuación de los roles de género y en la banalización de la violencia contra las mujeres abrió la posibilidad para la siguiente generación de artistas de plantearse cómo podían reapropiarse de sus cuerpos sorteando la mediatización de la mirada masculina. No es tarea fácil, como demuestra el recurrente debate en redes sociales sobre si la publicación de selfies de carácter erótico en actitudes tradicionalmente sexuales es empoderante o, por el contrario, refleja la asimilación de la mirada masculina y una inconsciente búsqueda de validación en el deseo de los demás. En una sociedad donde las estadísticas arrojan datos aterradores sobre la insatisfacción o incluso el malestar sexual de las mujeres en sus relaciones de pareja y donde la principal fuente de educación sexual es una pornografía falocéntrica, violenta y degradante, la autoexploración y la reivindicación del propio placer se convierten en un ejercicio de liberación indispensable.

Hester Scheuwater, “Sybille”

A principios de los 2000, cuando aparecen las primeras redes sociales y con ellas se democratiza la publicación de imágenes, Hester Scheurwater comienza a autorretratarse en una exploración del propio cuerpo y sus deseos. Consciente de la dificultad de deshacerse del imaginario heteropatriarcal, la artista tantea sus límites y busca formas de esquivar la autocosificación. Las fotografías son un medio, no un fin: constituyen la plasmación de sus indagaciones, no un catálogo de imágenes canónicamente eróticas. En el sondeo de la propia libido no importan el reflejo del flash en el espejo ni el desenfoque de la imagen. Encontramos pliegues, vello y pechos caídos. La habitación está desordenada, las medias son horteras. El erotismo de estas imágenes no procede de su adecuación al escueto imaginario sexual que brinda la pornografía, sino del goce exploratorio de la artista.

Hester Scheurwater, “Garden delight”
Hester Scheurwater, “Black”

En su último trabajo, Sincerely not yours, Scheurwater ha extendido este proceso de autodescubrimiento a otras mujeres, cuyos cuerpos se despliegan en una tentativa de reapropiación del deseo sexual que no busca la connivencia del espectador. Hallar un deleite genuino en la investigación del propio cuerpo significa aceptar que éste fluya, sude y se arrugue; supone renunciar a la pretensión de que sea siempre joven, terso y complaciente con las fantasías masculinas. Scheurwater y sus modelos exploran la cuestión que Sherman había señalado al retratar ferozmente la brutalidad degradante de la imagen pornográfica: que necesitamos crear otro imaginario erótico, donde la excitación no resida en la sumisión y humillación femeninas, sino en el reconocimiento y la complicidad con sus propios deseos.

Instagram de Scheurwater, donde comparte las imágenes de su proyecto en curso “Sincerely, not yours”

--

--

Irene Campos

Historiadora del Arte. Máster en Historia del Arte Contemporáneo y Cultura Visual. Fotografía, crítica feminista, opinión.